Scrum es una metodología ágil de trabajo que permite conseguir una agilidad en el desarrollo de un proyecto con el objetivo de conseguir mejores resultados y, con ello, maximizar el retorno de la inversión.
Este método de trabajo ágil y flexible es muy utilizado en empresas para trabajar en equipo. Y es que a la hora de poner en marcha un proyecto, es muy importante que el equipo implicado tenga clara las tareas que debe realizar y los plazos de entrega para cada una de ellas. La metodología Scrum ayuda a conseguirlo.
¿De dónde viene el término Scrum?
El término «scrum» (en castellano, «melé») surge de un tipo de formación que se realiza en rugby para volver a poner en juego la pelota después de una falta. En esta formación, ocho de jugadores de cada equipo se juntan en tres filas siendo el objetivo ganar la posesión de la pelota.
Las similitudes entre la metodología scrum en gestión de proyectos y el rugby vendrían a ser el trabajo en equipo, los roles específicos que desempeñan cada jugador o los sprints que realizan en el campo, algo que también se realiza en esta metodología de trabajo.
¿En qué consiste el proceso?
El trabajo en Scrum se organiza a partir ciclos temporales y de duración determinada llamados iteraciones o sprints. Un sprint puede durar desde una a cuatro semanas. Al final de cada sprint se revisa el trabajo validado en el anterior período de trabajo para poder planificar los trabajos para el siguiente sprint y maximizar los recursos disponibles.
Al contrario de la clásica planificación de un desarrollo completo, Scrum es un desarrollo incremental. Por ello, Scrum está indicado para proyectos complejos con un gran volumen de cambios de última hora y donde al mismo tiempo es necesario obtener resultados pronto. En Scrum se van realizando entregas parciales del producto final, que se van revisando, ya que los requerimientos del proyecto pueden ir cambiando conforme va a avanzando.
Otra de las características de la metodología Scrum es que en lugar de ser una planificación secuencial, se van solapando diferentes fases del desarrollo.
Los tres pilares de la metodología Scrum
La metodología Scrum se basa en tres pilares fundamentales que solo funcionan si se llevan a cabo de manera conjunta: transparencia, inspección y adaptación.
Transparencia
Consiste en dar visibilidad a todo lo que estamos haciendo en el proceso, cómo se hace y qué errores estamos cometiendo. Esto se aplica a todos los miembros del equipo y demás interesados. El objetivo es conocer todo lo que pasa en el proyecto para tomar las decisiones más adecuadas. Además, si se oculta información, terminará fallando la confianza en el proyecto y el equipo de personas que lo están llevando a cabo.
Inspección
Es importante realizar de forma periódica una inspección del producto, la metodología o las herramientas utilizadas en el proyecto. Esta inspección no debe interferir con el trabajo, pero es importante buscar si existe algún tipo de problema para ponerle solución lo antes posible y que no impida llegar a los objetivos planteados.
Adaptación
Consiste en realizar los ajustes necesarios en los procesos para ir minimizando los problemas que se puedan ir encontrando y mantener el objetivo final. La transparencia y la inspección nos permiten encontrar estos puntos de mejora y la adaptación implica poner soluciones a las desviaciones que se puedan encontrar.
Para llegar al éxito y que la metodología Scrum sea efectiva el equipo de trabajo tiene que poner en práctica estos tres pilares. Para conseguirlo, la Guía Scrum propone una serie de valores por los que debe guiarse un equipo Scrum y que describe de la siguiente manera: «Cuando los valores de compromiso, coraje, foco, franqueza y respeto son encarnados y vividos por el Equipo Scrum, los pilares de Scrum de transparencia, inspección y adaptación cobran vida y construyen confianza para todos.»